martes, 19 de marzo de 2019

El hombre que devuelve los migrantes muertos a sus familias


Hay tareas que podrían considerarse notables por su dedicación y generosidad, admirables por su altruismo y entrega, tareas filantrópicas se decía antaño, pero ojalá no tuvieran que existir. Ojalá no conociéramos a Martín Zamora por esa labor de dignificar a los muertos del Mediterráneo, esos muertos por saturación de desgracias, muertos por omisión del deber de socorro, muertos consecuencia a veces de órdenes administrativas y gobernativas que impiden el salvamento marítimo y que, como ya ha pasado en la historia, en la historia reciente incluso, no se quiere ver, no se quiere reconocer lo poco que valen las vidas de los otros, o se mira a otro lado cuando no se culpabiliza a los propios muertos de su muerte.

Chus Gutiérrez reflejó en su película Retorno a Hansala ese choque con una realidad doliente. Pero la realidad, como intuía Oscar Wilde, supera la ficción. Sin duda lo sabrá Martín Zamora, entrevistado por La Marea:


Pero ojalá no hubiera sido necesaria la entrevista ni la causa que la ha motivado. Ojalá tampoco sean necesarios ochenta años para hablar de esos muertos ahogados en el mar. Porque es ahora cuando ocurre. En este mismo momento, desde hace más de veinte años hasta estos mismos instantes.


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